Hoy es un día
muy especial para mí por ser el motivo de mi cumpleaños. En este artículo escribiré
sobre algo que me entristece, pero que a la vez me da ánimos porque sé que
tiene solución. Lo que me entristece es cuando uno va llegando a una edad de maduración,
donde van apareciendo responsabilidades, donde muchas cosas quizás se ponen difíciles,
las personas van poco a poco matando su Fe y Esperanza en la vida. Lo que debería ser todo lo contrario, debido a
que la década de los veinte y tantos años es donde comienza a vislumbrarse lo
mejor de la vida.
Sin
embargo, aquella monotonía de la vida va consumiendo lentamente la vida misma.
Es como si nos convirtiésemos en Robots cuyo único objetivo de la vida es
trabajar sobreviviendo para llegar al fin de semana, y luego el dinero que
obtenemos se emplee en hacer más ricos a otros. Aunque es la forma en que
funciona el mundo, siempre he pensado que esta forma de vivir no tiene sentido,
y no es para mí. Si estás leyendo esto, de seguro que ese sistema de vida
tampoco te satisface. Sin embargo, tendemos a aceptarlo porque es lo que todo
el mundo hace.
La forma de
que la vida valga la pena es romper los límites. Esto no significa comenzar a
hacer locuras, sino a ignorar aquellas cosas que se supone que se debe de
hacer, porque lo dicta la sociedad. El lema de la democracia de que la mayoría tiene
la razón a menudo falla. Si esto fuese cierto pues todos los gobernantes serian
buenos. El punto no es criticar a la democracia, sino de que tú entiendas que
para que la vida valga la pena no se le puede pedir permiso a la mayoría.
Construir
una organización intelectual y comercial, donde haya un sentido de por qué la
vida vale la pena, esa es la meta. Nadie puede darle a ninguna persona el
sentido de su vida, pero puede inducírsele a que ella misma lo encuentre. ¿Cuál
es el sentido de la tuya? El mío es llevar la organización al nivel de
Diamante, algo que no solo resolvería muchos problemas económicos a todo el que
en ella trabaje, sino que ayudaría a muchas personas a que encuentre el sentido
de su vida, el por qué vinieron a este mundo, y eso, no se compra con dinero.
Encuentra el sentido de tu vida, sea cual sea, y ayuda a otros a hacerlo. No
soy una persona religiosa, pero para esto también necesitaras la ayuda de Dios,
sea cual sean tus creencias.
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