miércoles, 11 de abril de 2012

¡Use el sentido común!

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En épocas pasadas, entre las monarquías y los imperios, había un grupo selecto de personas que controlaban las sociedades. Estos eran los reyes, emperadores y otros cargos altos de la pirámide jerárquica. El grupo del fondo eran los esclavos, quienes trabajaban por obligación, para que se les diera su comida, techo, ropa, pagaran las contribuciones a los reyes, etc. En otras palabras, para poder vivir. Habían diferentes tipos de esclavos, unos con más privilegios que otros, pero al final eran todos esclavos. 


Y hoy me sorprende que casi nadie se da cuenta de que ocurre exactamente lo mismo, pero con otros actores en la película. En pocos países hay reyes y emperadores, pero no hace falta, ya que tenemos las "grandes familias" que controlan el dinero y muchos políticos y funcionarios que creen ser la reencarnación de los reyes. Habemos otras personas que somos las que trabajamos. Ofrecemos nuestro preciado tiempo a cambio de dinero, casi siempre una suma ínfima, que nos alcanza (a veces) para nuestra comida, techo, impuestos, servicios básicos, ropa, etc. En verdad nadie nota un parecido? La única diferencia es que antes nos pegaban con un látigo. Ahora el maltrato es psicológico. Hay diferentes tipos de empleados y autoempleados (creen ser dueños de un negocio pero el negocio realmente es dueño de ellos), pero al final, todos son empleados.


Me imagino una conversación entre los 'Dueños'. "Qué lindo el mundo! Trabajan para nosotros, nos ayudan a ser más ricos, y le pagamos una miseria que yo en verdad no sé cómo alguien vive con eso. Y sorprendentemente, hacen filas largas para graduarse de una universidad, para hacer una fila más grande para trabajar para nosotros. Increíble!". “Pero estos otros son peores, se creen ser dueños de negocios, pero el negocio controla sus vidas. Trabajan más duro que los empleados, ganan en teoría más, pero deben mucho más dinero y gracias a ellos nuestros bancos siempre tienen a quien cobrarle, y los políticos tienen jugosas fuentes de impuestos para pagar sus lujosos estilos de vida. Jajajajaja”



Desde luego que estudiar es bueno y trabajar es desde luego algo digno. Pero por Dios! En que gaveta del closet dejamos la autoestima? Es increíble que nos vendamos tan barato! Es como si nos gustase ser los peones en el tablero de ajedrez. Nos quejamos mucho pero al final no hacemos nada. Creemos que necesitamos una maestría o un trabajo, cuando lo que verdaderamente necesitamos es fortalecer nuestra inteligencia emocional.  Ese es el verdadero problema. Que nadie venga con cuentos. Lo que faltan no son recursos económicos, ni de tiempo, ni de conocimientos... lo que verdaderamente hay es un miedo, una gran falta de inteligencia emocional. 



A mi otra cosa que me sorprende, es la falta de sentido común. Es decir, si queremos lograr algo grande en la vida, deberíamos buscar mentores o modelos  a imitar (pueden ser personajes históricos) que nos sirvan de guía. Sin embargo, lo que hacemos es lo mismo que hace todo el mundo, y por alguna no tan extraña razón, tenemos los mismos resultados que tiene todo el mundo. A pesar de ser algo tan obvio, le hacemos caso a todo el tiempo a personas que ‘creen que saben’ sobre algo. Y lo peor todavía, es que le modificamos dos o tres cosas al plan común de vida, y creemos que somos los mejores, cuando la verdad es que tendremos los mismos resultados que da el plan común de vida, con dos o tres modificaciones.



¡Por el amor de Dios, no se venda tan barato! Si usted quiere tener la vida de un “Rey”, debe de comenzar a pensar y actuar como uno. Deje de dejarse engañar con lo que dice todo el mundo.  Use su sentido común: Si todo el mundo supiera qué hacer con su vida, no hubiese tanta gente quejándose de ella, y más personas tuviesen una vida que vale la pena. USE el sentido común. Visualice la vida que usted quiera, e investigue quienes la tienen, y por el amor de Dios, aprenda de esas personas. Si usted quiere ser exitoso, mira lo que hace todo el mundo y haz todo lo contrario. Si todo el mundo está obsesionado con la educación académica, obsesiónese con la educación emocional. La primera sirve para ser empleado. La segunda para ser dirigente. La combinación de ambas, lo puede llevar a donde usted quiera.


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